En los últimos años, son cada vez más los asistentes que procesionan junto a Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Sacramento. A las ocho de la mañana salía de la Iglesia la Virgen de los Dolores, portada por unos 20 costaleros, y llevando el rostro cubierto con una mantilla negra. Tras recorrer las calles Mayor, la del Mercado y la Rambla, la imagen esperaba sobre un lecho de flores la llegada del Sacramento bajo palio.
Minutos después tuvo lugar el Encuentro Glorioso, en la confluencia de la Avenida de la Rambla con la calle Pintor Baeza. Tras leer la teniente de la Guardia Civil, Adriana Tostón, pregonera de la Semana Santa 2012, el Evangelio de la Resurrección, la bandera de la Adoración Noctura realizó tres reverencias, una joven retiró la mantilla de la Virgen mientras la banda de música La Paz interpretaba la Marcha Real.
Del dolor de María se pasaba a la alegría de las aleluyas de colores, cayendo de los balcones, las tracas y cohetes, rebentando en el cielo, y la rosa blanca en lugar de la mantilla negra. La Virgen y el Santísimo regresaron al tempo, donde tuvo lugar la bendición con el Santísimo Sacramento y la solemne eucaristía de Pascua.
Dos días antes, el Viernes Santo, se celebraba la procesión del Santo Entierro de Sant Joan, la más importante de cuantas se realizan en Sant Joan y en la que participaron siete cofradias que portaron a hombros los ocho pasos de la Semana Santa. Al inicio de la procesión, tuvo lugar el encuentro entre Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Santa Mujer Verónica. Ambas imágenes recrearon, en el atrio de la iglesia, el instante en que la Verónica enjuga el rostro a Cristo, dejando impresa su Santa Faz.
La Junta de Cofradías y Hermandades de Sant Joan, organizadora de todos los actos, celebraba además este año el vigésimo aniversario de la cofradía Santa Mujer Verónica que procesionó con la l’Harmonia Societat Musical d’Alacant. La banda dirigida por José Tomás Moñinos acompañó la imagen de la Verónica todo el recorrido de la procesión del Viernes Santo.