A ti, mujer
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y las ediles del equipo de gobierno del ayuntamiento de Sant Joan no dejan pasar la oportunidad de dedicar unas líneas a todas esas mujeres de ayer, de hoy y del mañana que mediante su esfuerzo diario pelean por lograr la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
El homenaje es un recuerdo, en la medida de las posibilidades, a las grandes mujeres que ha dado la historia y que en su día fueron un ejemplo para sus contemporáneos, constituyendo hoy un modelo y un espejo en el que mirarse. Y el recuerdo bien podría iniciarse en el mismo lugar donde la mitología griega reconocía que se hallaba el hogar de Faetón, el dios del sol, en los más recónditos confines de Egipto.
Así, metafóricamente, comienza un viaje desde el amanecer, desde aquellas tierras que vieron erigirse como soberana del Nilo a una mujer, por primera vez en la historia. Fue la reina Cleopatra, que dirigió con mano de hierro un imperio en una época donde sus iguales estaban condenadas a ser meros objetos, en el más amplio sentido de la palabra.
Sería durante el medievo, la época de mayor oscurantismo y discriminación hacia las mujeres, cuando brilló con fuerza un nombre de mujer en la memoria de los tiempos. Santa Juana de Arco, doncella de Orleáns, como fue canonizada en 1909 en reconocimiento a una muerte injusta y desproporcionada en el transcurso de la guerra de los Cien años que enfrentó las ansias expansionistas de Francia e Inglaterra, y donde una mujer por primera vez se convertía en la heroína del ejército galo situándose siempre en primera línea de batalla, pero sin llegar a empuñar nunca un arma haciendo valer simplemente su patriotismo y su fe.
Y de un gran dama a otra de “rompe y rasga” según nos narran las crónicas castellanas del siglo XV: Isabel La Católica, que se convirtió en la primera reina de Castilla, relegando a su marido a mero consorte y siendo la artífice del reformismo que llevaría a convertirse a una árida meseta en primera potencia hegemónica del orbe durante dos largos siglos.
Para ser consecuentes tampoco es
posible olvidar de la réplica inglesa de nuestra ya comentada
soberana; Isabel I de Inglaterra, que con ingenio y mano firme supo
infringir un duro revés al monarca de las tierras infinitas en las
que jamás se ponía el sol al mismo tiempo y su “invencible”
armada.
De ahí a España, donde, en un momento de dominación de nuestro país por las tropas napoleónicas, una mujer se levantó contra la ocupación de su nación tras un cañón haciendo retroceder al disciplinado ejército francés. Sus ansias de libertad y su amor a la patria española fueron más fuertes que las divisiones armadas de la legión napoleónica, lo que le llevó a convertirse en símbolo y bandera de miles de héroes anónimos que arriesgaron valientemente sus vidas por garantizar la libertad y el futuro de los supervivientes. La aguerrida moza de tierras mañas, Agustina de Aragón.
A partir de finales del siglo XIX aparecieron las primeras voces a favor de los derechos de la mujer que abogaban por la igualdad de pleno derecho. Queda para el recuerdo la reivindicativa marcha de Nueva York en 1857, donde miles de obreras textiles marcharon sobre los barrios adinerados de la “capital de la libertad” en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras. Y si de derechos y garantías se habla, brilla con luz propia el nombre de Victoria Kent, la primera abogada que ejerció en España.
La madre Teresa de Calcuta, Margaret Thatcher, Rigoberta Menchú, Indira Gandhi, Golda Meir, Ángela Merkel, la reina Sofía de España, Mª Teresa Fernández de la Vega y Soraya Sáenz de Santamaría, fueron solo algunas de las miles de mujeres que en algún momento de la historia consiguieron con su voluntad, arrojo y el convencimiento de sus cualidades y valía, desterrar para siempre los prejuicios que los antiguos preconizaban sobre el género femenino.
Afortunadamente, la sociedad camina ahora unida para finalizar este largo recorrido de siglos, que involucra a todos y que no puede tener otro resultado que la plena igualdad de hecho y de derecho.
Desde estas líneas se invita igualmente a todos los santjoaners a la próxima Gala de la Mujer del sábado 10 de marzo, a las 20 horas, en el auditorio de la Casa de Cultura, que sin duda es el mejor homenaje que se les puede hacer a todas las mujeres referidas en el texto y a todas las que, de forma anónima, trabajaron para que el 8 de marzo sea un día de celebración dedicado a la mujer.
