Desde el sábado 10 de septiembre la Comisión de Fiestas y las peñas ya estuvieron activas para dejar listo todo lo que una semana de fiesta requeriría. Sin embargo, como corresponde, el inicio oficial comenzó con la alborada que el lunes, a las 12 de la madrugada, albergaría la iglesia de San Juan Bautista. El templo quedó pequeño para los vecinos que, con devoción, verían descubrirse al Santísimo Cristo acompañado por su himno. Antes, el desfile de entrada de peñas había llevado hasta la plaza del ayuntamiento a todos los peñistas y vecinos que deseaban asistir a dicho acto religioso y al posterior pregón de fiestas, el cual correría a cargo de Elena Carpena, reina mayor de las fiestas del 2010. Como colofón, un castillo de fuegos artificiales daría paso a la intensa semana festiva.
La semana se preveía multitudinaria cuando, el lunes por la tarde, el desfile de mantones de manila organizado por la Tercera Edad congregó a cientos de vecinos por las calles de Sant Joan. El martes ya se dio comienzo a las despertás, pasacalles y mascletás que animarían a diario el ambiente. Como actividad especial, este año se había preparado el correfocs para la madrugada del martes, el cual llenaría la calle de fuego y pólvora tras la ofrenda de flores y frutos al Santo que llevaría un manto de flores por las principales avenidas del municipio.
El miércoles, San Joan celebraría su día grande con la Misa Mayor y la procesión. La venerada imagen del Cristo salió a la calle para devoción de los vecinos, que alumbraron el paso con sus velas. Tras la salida, a su regreso a la iglesia, la fachada del templo lució un espectacular despliegue de luz, música y fuegos artificiales donde se proyectaron imágenes históricas del Cristo y de las fiestas. Durante el jueves y viernes, el pueblo estuvo lleno de humor e imaginación con los divertidos desfiles de disfraces y de carrozas, donde pudieron participar niños y mayores.
Manuel Aracil, alcalde de Sant Joan, y Almudena Rico, concejala de Fiestas, en el Pregón.