El colectivo AVAF se está implantando en la localidad y sienten la necesidad de dar a conocer el voluntariado dentro del acogimiento familiar. Se trata de «ofrecer a estos niños una oportunidad para que tengan una vida normal», explica la presidenta de la asociación en la provincia de Alicante, María Ángeles Aguado.
En el momento en el que se produce una situación de desamparo familiar, los menores acceden al sistema a través de la Conselleria de Bienestar Social. Los niños pueden ingresar en un centro o pasar a vivir con otros miembros de la misma familia, que se denomina de extensión, o con otra de acogida voluntaria.
La tarea de AVAF es intermediar entre esas familias y la administración. Por este motivo, el colectivo lleva a cabo campañas de difusión y sensibilización para la captación de voluntarios y desarrolla programas para apoyar a estos nuevos núcleos familiares que se enfrentan a un nuevo reto.
Durante cinco días, desde el pasado martes hasta hoy, las nueve familias extensas del municipio que lo hayan considerado oportuno, han gozado de un respiro gracias al campamento organizado el Consistorio y la asociación en el polideportivo de Sant Joan. Talleres de plantación de flores, de pintar caretas con temática de la naturaleza para completar un mural, deportes y gymkanas, son algunas de las actividades que han practicado los menores.
En definitiva, «lo que nosotros tratamos de conseguir es que socialicen entre ellos y puedan pasar unas jornadas lúdicas y educativas», cuenta Nuria Ortiz, quien lleva alrededor de un año como voluntaria de la asociación.
Los días en el que el clima ha acompañado, voluntarios y menores trasladaron el escenario del campamento. De las instalaciones deportivas al mar. Con la cercanía de las playas de Sant Joan, los niños no podían perderse la oportunidad de darse un chapuzón.
«Me comentaron la posibilidad de organizar el campamento y me pareció una gran idea para ayudar a estas familias extensas, que a veces se ven sobrecargadas y son las que menos apoyo económico tienen», indica Nuria, quien a sus 26 años baraja la posibilidad de convertirse en una familia educadora.
Isabel Jiménez es abuela y también madre. A su cargo tiene cuatro de sus nietos, dos mayores de más de 20 años y dos niñas de 2 y 6 años. Las circunstancias de sus hijos le han llevado a adquirir un nuevo rol paterno desde que los mayores llegaron a casa.
«Necesitamos más apoyo», asegura Isabel, quien se muestra muy crítica con la labor de la Conselleria «que pone demasiadas trabas administrativas para poder cuidar de mis nietos». Con la llegada de sus nuevos hijos, los gastos se incrementan «pero cuando los mayores cumplieron los 18 años retiran parte de las ayudas».
«Medicamentos, gafas, comer o vestir. Hay muchos gastos, pero conforme crecen los niños se olvidan de ellos». A pesar de ello, esta abuela convertida en madre agradece la labor que desarrolla la Concejalía de Bienestar Social de Sant Joan y considera oportunas iniciativas como el campamento urbano.
Fuente: Las Provincias