Las prestaciones en la Ayuda a Domicilio incluyen: servicios de carácter doméstico como limpieza, lavado y planchado de ropa, realización de algunas compras o cocina. Servicios de atención personal como aseo diario, ayuda a la movilización, control de la medicación o acompañamiento a visitas terapéuticas, así como recogida de medicamentos y gestión de recetas. Servicios de carácter educativo para mejorar el bienestar físico, psíquico y social de las personas atendidas, mejorar la autonomía, las relaciones sociales y familiares y potenciar hábitos higiénicos sanitarios, alimenticios y educativos.